Declaración de Odio
Patricio Malagón (México D.F., 1991) Inició su exploración en el medio fotográfico a los 18 años, en el foto-club de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, en donde aprendió los rudimentos de la técnica, interesándose irremediablemente en la fotografía en película de 35mm y los procesos fotoquímicos. Desde entonces, su relación con la academia ha sido intermitente; ha pasado por las aulas de la Universidad Veracruzana y de la Esmeralda, pero ha preferido la formación no institucional, la búsqueda autodidacta y el intercambio orgánico, con otros fotógrafos y artistas. Además de la historia de la fotografía, la literatura y la poesía han sido parte fundamental del desarrollo su práctica fotográfica.
En 2017 recibió la beca Jóvenes Creadores del FONCA con el proyecto “El Hombre de la Esquina”. Entre 2014 y 2020, se dedicó de manera compulsiva a la creación de Baldío, un archivo compuesto por cientos de fotografías realizadas en el primer y segundo cuadrante del centro histórico de la Ciudad de México. Declaración de Odio, su primera exhibición individual, es una pequeña pero poderosa selección de este desbordante cuerpo de trabajo a través del cual el artista nos presenta a una serie de personajes recurrentes y puntos de acceso a su universo: La noche, la banqueta mugrosa, el vago, el loco o la persona en situación de calle. Los hombres tristes y las miradas enloquecidas. El perro rabioso como augurio de muerte o de tormenta eléctrica. La sangre, la espuma, el rojo comunista y el gris smog.
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Patricio Malagón (1991) nació en Tlatelolco y creció en la colonia Pensil. Comenzó a estudiar fotografía en la Universidad Veracruzana y terminó Artes Visuales en La Esmeralda. De formación autodidacta, aprendió sobre técnica en el Foto Club de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.
Entre 2014 y 2020, se dedicó de manera compulsiva a la creación de Baldío, un archivo compuesto por cientos de fotografías realizadas en el primer y segundo cuadrante del centro histórico de la Ciudad de México.
Declaración de odio, su primera exhibición individual, es una pequeña pero poderosa selección de este desbordante cuerpo de trabajo, a través del cual el artista nos presenta una serie de personajes recurrentes y puntos de acceso a su universo: la noche, la banqueta mugrosa, el vago, el loco, la persona en situación de calle. Los hombres tristes y las miradas enloquecidas. El perro rabioso como augurio de muerte o de tormenta eléctrica. La sangre, la espuma, el rojo comunista y el gris smog.
A primera vista su obra de la impresión de ser del tipo nota roja, pero al observarse con detenimiento es meas evidente una aproximación narrativa que Malagón aborda más desde la literatura o la poesía– que desde lo documental. En las fotos algo acaba de suceder o algo está a punto de pasar. El trabajo de Patricio no viene de documentar la ciudad para un medio, sino que surge como resultado de caminatas nocturnas, derivas insomnes y el “vagabundeo con 5 pesos en la bolsa”.
Es difícil pensar la fotografía de Malagón sin la influencia de cierto sensacionalismo heredado de Enrique Metinides. Hay algo del lenguaje urgente del reportero, los accidentes y la fascinación por la muerte, o al menos su pulsión o deseo. El retrato de la tragedia, las emociones y las situaciones límite del “Teatro de los Hechos”. Los fotógrafos se conocieron y existe un retrato del encuentro en esta muestra.
Otra referencia presente es el trabajo de alguien como Francis Alÿs. Con quien comparte el primer cuadro de la ciudad, la deriva con el ojo a nivel de calle y el interés por la clase trabajadora. Ambos usan el espacio público de estudio y la situación social de fondo.
La realidad se muestra terrible pero la mirada de Patricio no es juzgona. “También sé que no hay mucho que explicar, que el hecho se explica solo para quienes quieran estar presentes mientras sucede y que es más un residuo, quizá un testimonio, pero nunca una interpretación.” Una carta de amor a la ciudad que odia, al drama de habitarla y al desarraigo.
Por último, DECLARACIÓN DE ODIO toma el título de un poema de Efraín Huerta, originalmente publicado en “Los Hombres del Alba” de 1944. Este es un texto fuerte, mala onda y aunque de otra época, las líneas permanecen vigentes. Descriptores al tiro de la ciudad que resiste los esfuerzos gentrificadores del desarrollo inmobiliario y el urbanismo privatizador. Un registro de la “amplia y dolorosa ciudad, donde caben los perros, la miseria y los homosexuales…”
–Mexican Jihad, México D.F. Agosto 2022
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Patricio Malagón (México D.F., 1991) initiated his exploration with the photographic medium when he was 18 years old, at the photo club of the School of Engineering at UNAM. It was there and then that he learned the rudiments of its technique, taking an irremediable interest in 35 mm film and all its photochemical processes. Ever since, his relationship to academia and formal education has been intermittent; he started studying photography at Universidad Veracruzana, and ended up graduating from visual arts at La Esmeralda, although he has always preferred a non institutional, more organic and self taught approach, nurtured by the exchange with other photographers and artists. Besides his interest in the history of photography, poetry and literature have been a key element in the development of his practice.
In 2017 he received a FONCA Jóvenes Creadores grant with his project “El Hombre de la Esquina” (The man in the corner). Between 2014 y 2020, he focused compulsively on Baldío (Wasteland), an archive of images taken on the first and second quadrant of Mexico City historic centre. Declaración de Odio (Declaration of Hate), Malagon’s first solo exhibition, is a concise yet powerful selection of this overflowing body of work, through which the artist introduces us to several recurring characters of his universe; nighttime in the city, the dirty sidewalk, the bum, the crazies, the homeless. The sad men and the deranged eyes. The rabid dog as an omen of death or thunderstorm. Blood, foam, communist red and smog grey.
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Patricio Malagón (1991) was born in Tlatelolco and grew up in the colonia Pensil. He began studying photography at the Universidad Veracruzana and finished Visual Arts at La Esmeralda. He learned about technique at the Photo Club of the Faculty of Engineering at UNAM.
Between 2014 and 2020, he devoted himself compulsively to the creation of Baldío, an archive of hundreds of photographs taken in the first and second quadrants of the historic center of Mexico City.
Declaration of Hate, his first solo exhibition, is a small but mighty selection from this overflowing body of work, through which the artist presents us with a series of recurring characters and access points to his universe: the night, the filthy sidewalk, the lazy, the crazy, the person on the street. The sad men and the crazy looks. The rabid dog is an omen of death or an electrical storm: the blood, the foam, the communist red, and the gray smog. At first glance, his work gives the impression of being of the red note type. Still, upon closer inspection, a narrative approach is more evident that Malagón approaches more from literature or poetry than from the documentary. In the photos, something has just happened, or something is about to happen. Patricio’s work does not come from documenting the city for a media outlet but arises from night walks, sleepless drifts, and “wandering with 5 pesos in the bag.”
It isn’t easy to think of Malagón’s photography without the influence of certain sensationalism inherited from Enrique Metinides. There is something of the urgent language of the reporter, the accidents and the fascination with death, or at least the drive or desire for it. The portrait of the tragedy, the emotions, and the extreme situations of the “Theater of Facts.” The photographers met, and there is a portrait of the meeting in this exhibition.
Another present reference is the work of someone like Francis Alÿs. With whom he shares the first painting of the city, he drifts with an eye at street level and an interest in the working class. Both use the public space of study and the background social situation.
The reality is terrible, but Patricio’s look is not judgmental. “I also know that there is not much to explain, that the event is explained only for those who want to be present while it happens and that it is more of a residue, perhaps a testimony, but never an interpretation.” A love letter to the city he hates, to the drama of inhabiting it and being uprooted.
Lastly, Declaración de Odio takes the title of a poem by Efraín Huerta, initially published in “Los Hombres del Alba” in 1944. This poem is a strong text with bad vibes, and although from another era, the lines remain valid. Descriptors to the shot of the city that resists the gentrifying efforts of real estate development and privatizing urbanism. A record of the “wide and painful city, where dogs, misery, and homosexuals fit…”
–Mexican Jihad, Mexico D.F. August 2022