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Galería Agustina Ferreyra se complace en presentar “¡¡¡!!!” la segunda exhibición individual de Ulrik López’s en la galería. Haciendo uso de medios como el dibujo, el tejido y la escultura, el trabajo de Ulrik López (Ciudad de México, 1989), toma como punto de partida su interés en objetos y fenómenos abordados por el campo de la arqueología, para adentrarse así en temas relacionados a lo ritual, las cosmovisiones y el significado de estos objetos y fenómenos en nuestro presente; mismos que el artista desarticula, cuestiona y traduce en esculturas y dibujos.
En esta ocasión López presenta un cuerpo de trabajo reciente, realizado a partir de investigaciones llevadas a cabo en los último años, inicialmente en el Caribe mexicano y puertorriqueño, y posteriormente en Colombia, durante una residencia realizada en 2018. Su interés actual se orienta hacia a prácticas más inmateriales como la danza, el sonido y la articulación del mismo hacia lo que entendemos como música. El título de la muestra hace referencia a una forma gráfica de acentuar, expresar o enfatizar algo ya sea en forma de grito, clamor, llanto o suspiro; y de manera personal o colectiva. Para López, la representación formal del grito puede encontrarse a lo largo de varias culturas y prácticamente en todas sus instancias comparte las mismas características. Por un lado se presenta como una forma de comunicación y distinción ante lo otro; por el otro se plantea como una forma de representar o imitar a otras especies y las encarnaciones de sus espíritus en nosotros, y por último, toma una forma física puntal que se observa en todas las representaciones de este fenómeno, en figuras y representaciones que muestran la boca abierta, miran hacia arriba y suelen tener los ojos cerrados , mostrando una disposición puntual a comunicar; al otro, al todo, al cosmos. En el caso de las piezas en cerámica, López se enfoca en las figurillas conocidas como Gritones, comunes en la región de Nariño, Colombia. Con estas figuras López aborda los posibles deseos de estos objetos más allá de su función dada, o consensuada, aspecto que ha cuestionado en trabajos anteriores a partir del uso y la explicación otorgada por la arqueología, y partiendo de la idea que cualquier objeto es poseedor de un espíritu y por ende es un ente con deseo y autonomía, misma que trasciende los límites del lenguaje y las interpretaciones otorgadas a los objetos a posteriori.
Un ejemplo claro de este cuestionamiento puede observarse en Sólo quiero ser naturaleza muerta, en donde López nos muestra a una figurilla (Gritón) cuyo deseo es olvidar sus tres hipótesis funcionales explicadas por la historia; ser contenedor del alma, contener un espíritu animal, o un grito al cosmos, y desea simplemente existir como un receptáculo, un bodegón o como naturaleza muerta, tomando así un rol pasivo dentro de su propia narrativa.
A manera de complemento y contraparte al grito, López nos presenta con obras que abordan el oído y el ejercicio de escuchar, como es el caso de Gruta, Colador y Máscara Rítmica, un objeto diseñado para privarnos de ciertos sentidos, como el olfato, la visión y el gusto, y así enaltecer otros, como el oído y la percepción.
Por último, el grito, la exclamación y cualquier sonido que se utilice para expresarlo, son también formas primitivas de música, entendiendo ésta última como Una ‘ciencia natural’, una ciencia antropomórfica, ‘para la cual, no hay objeto en este mundo que no tenga voz. Los diferentes objetos en los cuales se manifiestan estos ritmos dados son entonces secundarios, porque el objeto cambia de significado según el ritmo que lo invada. Una cesta por ejemplo, tiene como función principal recoger y transportar cosas; frutos, piedras, herramientas , pero colocada sobre una cabeza puede servir también para protegernos del sol y la lluvia. Así pues, los objetos, cada uno de ellos, no son “la última realidad” sino la finalidad del ‘ritmo que los invade’, representados en esta exhibición en las obras de vinilo, acrílico y papel y las figurillas de barro, aserrín y tierra.
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Galería Agustina Ferreyra is pleased to present “¡¡¡!!!” Ulrik López’s second exhibition at the gallery. Through drawing, weaving and sculpture, the work of Ulrik López, (México City, 1989) takes as a starting point, objects and phenomenons addressed by archaeology in order to approach and study different notions pertaining world views, the ritual, and the meaning of these objects and phenomenons in our present, which the artist later disassembles, questions and translates into sculptures and drawings.
On this occasion, López presents a recent body of work, developed over the last years on investigations conducted first in the Mexican and Puerto Rican caribbean, and late continued in Colombia, during a recent residency. His current interest is oriented towards more immaterial practices such as dance, sound its articulation into what we understand today as music. The title of the exhibition, references a graphic way to accentuate, express, or emphasize something whether in the form of a scream, a clamor, a cry or a sigh, and both personally and collectively. For López, formal representations of a these expressions can be found throughout different cultures, and in most cases they share the same characteristics. On one hand they are presented as a form of communication and distinction in relation to the ‘other’; they are also a way of presenting or imitating other species and the reincarnation of their spirits in ours, and lastly, they take a very precise physical forms, observed in the majority of the representations, in which figurines or illustrations are often depicted with their mouths open, looking up and with their eyes closed, evidencing a certain body disposition to communicate; to the other, to everything, to the cosmos. In the case of the ceramic works, López focuses in a group of figurines popularly known as Gritones (Screamers), common to the region of Nariño, Colombia. With these figurines, López focuses on the possible desires of the objects beyond their given and agreed function, aspect that the artist has been questioning in previous works, based on the explanations that we assume as true provided by archaeologists, and on the idea that any object is or could be a bearer of a spirit, and therefore its an autonomous entity with desire, that transcends language and interpretations imposed a posteriori.
A clear example of this can be observed in Sólo quiero ser naturaleza muerta (I only wish to be a still life), in which we see a figurine whose desire is to forget the three functional hypothesis given to it by history, and just wishes to exist as a mere receptacle, or a still life, taking a more passive role within its own given narrative.
As a complement and a counterpart to the scream, López presents us with a series of works that address the ear, hearing and the act of listening, like in the case of Gruta, Colador and Máscara Rítmica, an object designed to deprive us from certain senses like taste, smell and sight, in order to focus on hearing and perception.
Lastly, the scream, the clamor and any other sounds derived from this intention to express, are perceived by the artist as a primitive form of music, understanding the latter as a natural science, an anthropomorphic science for which there are no objects in this world without a voice. The different objects in which these rhythms are manifested then are secondary, because the object changes its meaning depending on the rhythm than invades it. A basket for example, has the principal function of collecting and transporting things; fruits, rocks, tools, but if placed on the head, for example, it can protect us from the sun and rain. Therefore, objects, each of them, are never their ‘final reality’, but rather the final intention of the ‘rhythm’ that invades them, presented in this exhibition in the form of works made of vinyl, wood, glass, acrylic and paper, and the sculptures made of clay, saw dust and soil.