La vida secreta de las piedras
Commonwealth and Council x Galería Agustina Ferreyra se enorgullecen en presenter La vida secreta de las piedras, una exhibición grupal con obra de Geles Cabrera, Carolina Caycedo, Carmen Argote, y Paloma Contreras Lomas. A través de diversas evocaciones y acercamientos alrededor de la cuerpa, las artistas reflexionan, cuestionan y desmantelan ideas acerca de la condición ser mujer – desde su magia o terror – interrogando como las cuerpas femeninas o gestantes negocian el espacio y paisaje, físico, psíquico o simbólico.
Geles Cabrera, la primera escultora de México, usa la piedra como vehículo para abordar ideas alrededor de la autonomía y las relaciones humanas. Cabrera, quien ha explorado la forma desde la década del 40, hace uso de la sensualidad y lo ondulado y sinuoso de lo orgánico, para jugar con los límites entre lo abstracto y lo figurativo, mientras que aborda y comenta sobre ciertas constantes fundamentales para ella como la maternidad, el trabajo y las relaciones interpersonales.
Carolina Caycedo honra el poder y la sabiduría matriarcal, entretejiendo el activismo político con el cuidado maternal. Sus esculturas de red se anclan en la extensa serie de investigación titulada Be Damned, desde la cual la artista examina los efectos de las represas – parte de esquemas de desarrollo económico a gran escala llevados a cabo en países en vías de desarrollo – que desplazan sistemáticamente a las comunidades costeras más vulnerables. Desde su trabajo de campo, Caycedo recoge redes de pesca y otros materiales que le permiten crear esculturas suspendidas y ondulantes, que a su vez emulan el poder de la naturaleza y la cuerpa femenina.
Tras haber dado a luz recientemente, el proceso de acarrear, parir y criar a un recién nacido, le ha permitido re-conectar con sabidurías ancestrales y remedios homeopáticos. Sus dibujos hacen referencia al vientre y a ilustraciones botánicas clásicas, adornadas con plantas medicinales tales como ruda, aquilea, frambuesa y ortiga. Las piezas en cerámica están basadas en recipientes y contenedores tradicionales mesoamericanos decorados con motivos de senos y pechos.
Carmen Argote usa su propia cuerpa como un prisma para metabolizar su entorno. Caminar y explorar ambientes – familiares y no tanto – constituyen una parte fundamental de su práctica. Las fotos que forman parte de la serie titulada Mansión Magnolia, sirven para procesar ciertas historias heredadas en la medida en la que documentan a la artista recorriendo una decadente mansión que alguna vez perteneció a su familia en Guadalajara, su lugar de nacimiento. La cámara captura a la artista como un espectro, reconectando con sus ancestros que lucían como ella y ocuparon esos mismos espacios como parte de un pasado generacional compartido. Las esculturas forman parte de la serie Folding Structures, que transforman tablas de doblar ropa en dibujos arquitectónicos lo suficientemente maleables como para poder convertirse en diferentes permutaciones geométricas. Conforme ciertos objetos y herramientas de uso doméstico y cotidianos se convierten en planos para construir futuros espacios y ambientes, Argote abre un diálogo entre el trabajo doméstico y el diseño moderno racional; vinculando su práctica junto a las aspiraciones arquitectónicas de su padre.
Paralelo a su investigación, el trabajo de Paloma Contreras Lomas se extiende a otros medios tales como la escritura, el cine, el dibujo, el performance y la producción colectiva. Su práctica combina la ficción literaria con ciertas narrativas personales, para poder abordar diversos temas como la de-clasificación del arte, la descolonización de la ciencia ficción, y el terror omnipresente de la clase media católica mexicana. Estos dos dibujos de gran formato están basados en años de investigación y reflexión en torno a la representación de las personas que constituyen el horrendo paisaje forense mexicano. Basada en su idea del paisaje como testigo, Contreras Lomas observa y dibuja desde la experiencia, propia, la social compartida y la desconocida imaginada, a todos los personajes y fantasmas voyeristas que deambulan por la noche, convirtiendo al paisaje en un personaje en sí; una cuerpa que nos habla acerca de la forma en la que son las cosas, acerca de lo vivido y lo atestiguado en un espacio y tiempo en el que no estábamos presentes, ni estábamos prestando atención – similar a las caricaturas política de principios de siglo XX y su representación del clima o ‘paisaje’ revolucionario de la época.
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Commonwealth and Council x Galeria Agustina Ferreyra present La vida secreta de las piedras featuring the work of Geles Cabrera, Carolina Caycedo, Carmen Argote, and Paloma Contreras Lomas. Through their evocations of the body, the artists unpack myriad valences of womanhood—both the magic and the terror—interrogating how feminine bodies negotiate the physical and psychic landscape.
Geles Cabrera carves autonomy out of stone. Mexico’s first woman sculptor, Cabrera has explored the human form since the 1940s. Her sensual, sinuous works play with the boundaries between figuration and abstraction while touching on evolving notions of motherhood, labor, and sexual politics.
Carolina Caycedo honors matriarchal power and wisdom, interweaving political activism with maternal care. The net sculptures come from her long-running Be Damned series, for which the artist examines the effects of dams—often a part of large-scale economic development endeavors in developing countries displacing some of the most vulnerable peoples in riverside communities. Caycedo collects fishing nets and other materials in her fieldwork and makes undulating sculptures nodding to the power of nature and the feminine body.
Having given birth recently herself, the process of carrying, birth, and raising a newborn led her to re-engage with homeopathic remedies and wisdom, which draws on of indigenous knowledge. The drawings referencing botanical illustrations and the womb feature yarrow, rue, raspberries, and nettle. The ceramic works are based on mesoamerican vessels with breast motifs.
Carmen Argote uses her own body as a prism to metabolize her surroundings. Walking and exploring environs—familiar and foreign—are seminal to her practice. The atmospheric photographs from the Mansion Magnolia series process her inherited histories as they document Argote wandering around the decaying mansion once owned by her family in Guadalajara, the place of her birth. The camera captures the artist as a ghostly trace, (re)calling her ancestors who looked like her and occupied these same spaces in generations past. The Folding Structures sculptures transform laundry folders into architectural drawings, amenable to be folded into various geometric permutations. As common household tools become plans for built environments, Argote opens up new dialogues between domestic labor and Modernist rational design, her artistic practice with her father’s architectural aspirations.
Parallel to her research, the work of Paloma Contreras Lomas extends to media such as writing, film, drawing, performance, and collective production. Her practice combines literary fiction with personal narratives, in order to address several issues such as declassing art, decolonizing science fiction, and the all encompassing terror of the catholic mexican middle class. These two large format drawings are based on years of research around the representation of the people and characters that constitute the horrific forensic landscape of Mexico. Based on her idea of landscape as a witness, Contreras Lomas aims to observe and draw all the voyeuristic ghosts that wander around at night, turning landscape into a character itself; a body that speaks about the way things are, about what it has witnessed during a time in which weren’t present or paying attention, similar to the political cartoons of the early XX century and the representation of the revolutionary climate and landscape of the time.