Siembra
El trabajo de Heather Guertin, (Worcester, Massachusetts, 1981), actualmente anclado en la pintura, ha incluido performance, escritura y comedia, prácticas que guardan en común la relación entre la observación y la expresión imaginativa. Desarrolladas a partir de estas formas de trabajo, este cuerpo de obra expresa la apertura total del medio como una práctica formal. A través de su acercamiento, Guertin logra una materialidad particular expresada en las obras a través de una diversidad de gestos y marcas, que hacen referencia a una colección personal de material visual que emplea la abstracción como un pasadizo para entender la forma. Es así que cada traducción de imagen a pintura es una decision subjetiva que amarra cada fragmento y lo convierte en un nuevo ‘todo’, logrando que la obra encuentre su propia lógica, e imposibilitando por completo la conexión con la referencia original. Esta combinación entre observación e invención, resulta en una tensión entre espacios ilusorios y la presencia pura y llana del color.
Por su parte, la obra de Leonel Salguero (Ciudad Obregón, Sonora, 1989), aborda la tensión y la erosión entre lo cotidiano y lo inesperado, así como la vida emocional de las cosas y objetos comunes. La simplicidad en la ejecución y composición, al igual que el humor y lo minimal de su acercamiento a la pintura, resultan en escenarios improbables y algo misteriosos llenos de personajes con características antropomórficas, que son reconocibles pero únicos, en situaciones y con gestos y estados de ánimo altamente emocionales pero sutiles. Este nuevo cuerpo de trabajo en pintura y escultura aborda los estados de las cosas cuando no hay propósito, sólo significado; en aquellos momentos en donde no hay qué hacer, sólo estar – desarticulando la funcionalidad de los objetos en un juego entre tiempo, trabajo y ocio. Naturalezas muertas humanoides que invocan presencias fantasmagóricas y que en términos compositivos se acercan más al retrato, en donde el objeto/sujeto ocupa un lugar central. Entre éstos se encuentran varias herramientas que forman parte del taller de Salguero, situadas en espacios imaginarios y estados de reposo, descanso o vacación. La dureza del metal y la madera se suavizan en presencia del sol y ausencia de esfuerzo y trabajo. Un conejo ofrece un huevo de pascua en vez de esconderlo; la berenjena enfrenta un futuro incierto y al centro, las esculturas son simultáneamente espacio y sujeto; una toalla, una almeja, camarones y limones, un momento casi triunfal, de gozo, alegría y recompensa.
**
The practice of Heather Guertin (Worcester, Massachusetts, 1981) is grounded in painting but has included performance, writing and humor, all of which engage in the relationship between observation and imaginative expression. Her current paintings, developed from these ways of working, express the openness of painting as a formal practice. Through her approach she achieves an autonomous physicality rendering the paintings into psychological and imaginative works. Her paintings contain a diverse variety of markmaking and reference a wide-ranging personal collection of visual subject matter. She uses abstraction as a passageway to better understand form. Each translation from image to paint is a subjective decision that ties different fragments of imagery together and transforms it into a new whole. Through this process, the painting finds its own logic, making it impossible to locate the original source. This combination of observation and invention results in a tension between illusionistic space and the flatness of pure color.
On the other hand, the work of Leonel Salguero (Ciudad Obregón, Sonora, 1989) is concerned with the tension and erosion between the ordinary and the unexpected, as well as the life of everyday objects. The simplicity of his execution and composition, along with his humorous and minimal approach to painting, drawing and sculpture, often results in a depiction of improbable and uncanny landscapes, characters and objects that are common and familiar, yet unique and highly emotional but subtle, often attributing anthropomorphic characteristics to things such as animals, tools, household items, vegetables, fruits and toys. This particular body of work focuses on the state of things when there is no purpose, only meaning; those moments in which there is nothing to do but be, completely disarticulating the functionality of objects in a play between time, work and leisure. Humanoid moments and tableaus that evoke phantasmagoric presences and that in terms of composition are closer to portraits than landscapes, in which the subjects/objects occupy a central stage. Among these are several tools found in Salguero’s studio situated in imaginary spaces and different stages of rest, relaxation or vacation. The hardness of metal and wood softens at the presence of sunlight and the absence of effort and work. An easter bunny offers an egg instead of hiding it; the eggplant faces an uncertain future and at the center, the sculptures simultaneously become space and subject; a towel, a clam, shrimp and lemons, a cuasi triumphal moment of enjoyment, joy and reward.